Palestina estalla en protestas contra Mahmud Abbas y su política económica
La Autoridad Palestina intenta controlar la protesta social en Cisjordania, que este lunes entró en su segunda semana, estudiando medidas para contener la subida de precios y una revisión de las relaciones económicas con Israel.
El transporte público estaba en huelga y los principales accesos a las ciudades estaban cortados por los manifestantes, con piedras en Hebrón (sur), con camiones en Belén (sur) y Naplusa (norte), o con neumáticos en llamas como alrededor de Ramalá, sede la presidencia y el gobierno palestinos.
En Hebrón, unos 2.000 palestinos se manifestaron contra el aumento del coste de la vida y dañaron vehículos y la sede de la municipalidad, al tiempo que lanzaban piedras a la policía palestina que trataba de dispersarlos y a las tropas israelíes presentes en la zona.
Al tiempo que una huelga paralizaba el transporte público en toda Cisjordania, nubes de humo negro se formaron sobre este territorio palestino ocupado por Israel por los neumáticos quemados con que los manifestantes iniciaron su segunda semana de protestas contra el aumento del coste de la vida, del precio de la gasolina y el desempleo.
"Pedimos que el presidente (Mahmud) Abas y el primer ministro (Salam) Fayad dimitan, así como toda la Autoridad Palestina, porque han sido incapaces de cumplir con sus obligaciones políticas y económicas", dijo a la AFP un habitante de Hebrón, Khaled Idris, de 28 años de edad.
Otro hombre fue a manifestarse con su burro, único modo de transporte a su alcance tras el aumento del precio de la gasolina. "No vine solo, vine con mi burro para mostrar que estoy protestando contra el aumento del precio" de la gasolina, declaró Fawaz al Rabagi, de 32 años.
Algunos analistas consideran la actual movilización en Cisjordania como la versión palestina de la "primavera árabe". Desde hace varios días, tienen lugar manifestaciones en ciudades de Cisjordania contra el reciente aumento de los precios de la gasolina y los alimentos.
El domingo, unos sesenta camiones bloquearon el acceso al centro de Ramalá durante más de una hora para protestar contra el alza del precio de la gasolina.
En Naplusa, cientos de manifestantes, al grito de "Alá Akbar" (Dios es el más grande), quemaron neumáticos, lanzaron piedras con la policía palestina, que los rechazó a varazos, según un periodista de la AFP. Las fuerzas de seguridad también habrían hecho disparos de advertencia.
El domingo, en Naplusa, los manifestantes pedían la renuncia de Fayad, al grito de "la invasión (israelí) no nos dejó hambrientos, Fayad sí".
El portavoz de los servicios de seguridad, Adnan Damiri, dijo que las instrucciones eran dejar que la gente proteste pacíficamente y sólo intervenir en caso de desbordamiento.
Un alto funcionario israelí dijo el lunes que "no era serio" el anuncio hecho la víspera por el ministro palestino de Asuntos Civiles, Hussein al-Sheikh, que planteó al "gobierno israelí a través del Ministerio de Defensa" un pedido de reapertura del Protocolo de París que rige las relaciones económicas bilaterales.
"Si quieren reabrir el Protocolo de París, un acuerdo internacional, deberían presentar su solicitud al Ministerio de Relaciones Exteriores o al Ministerio de Finanzas, o simplemente a la oficina del primer ministro", dijo el funcionario a la AFP reclamando el anonimato.
"Han presentado este pedido únicamente para poder decir a su pueblo que lo han hecho: +Ustedes ven, hemos hecho algo y ahora los israelíes se oponen a nuestra iniciativa y es todo culpa de ellos+", dijo.
Firmado el 29 de abril de 1994 en París, ese "Protocolo Económico de las relaciones económicas entre Israel y la Organización de Liberación Palestina (OLP)" concede una libertad económica limitada a los palestinos.
El mismo prevé en particular la entrega por parte de Israel de los impuestos que recauda en nombre de la Autoridad Palestina y prohíbe que los precios del combustible en la zona autónoma sean inferiores en 15% a los de Israel.
Como resultado de esta indexación, tras la subida de precios en Israel, el litro de gasolina ha aumenta en un tercio en dos meses en los territorios palestinos, de 6 a 8 shekels (de 1,18 a 1,57 euros).
El movimiento Fatah del presidente palestino Mamud Abas, en un comunicado emitido el lunes, atribuyó la crisis a "la decisión de Israel de aumentar el precio del combustible".
"Este aumento puede ser aún soportable para la próspera economía israelí, que concede un salario mínimo mensual de 4.300 shekels (850 euros), pero no para los palestinos, cuyo salario mínimo mensual es de alrededor 1.600 shekels (315 euros)", señala Fatah.
Agencias