En la cancha se ven los pingos (28 cuentos populares)
¿Cuál otro partido es más difícil que el de meterse con la cultura del aguante y lo popular? Una encrucijada entre la pasión y la violencia, los relatos que nos representan y los que sostiene el status quo. Fernando Prim preparó al plantel de 28 cuentos populares en una serie de fanzines que sintetizan experiencias de fútbol, rock y barrio, y los recopiló para ganar un macht de antología...
Por Facundo Arroyo
La llegada de un fanzine --o varios-- a una antología de cuentos releídos no es nada fácil. Si se toma en cuenta el desorden de los publicados, los que van apareciendo en relación a uno inicial --ni hablar si los hace el mismo editor--, el barullo emocional en el diseño y las ganas de escribirlo se verá que En la cancha se ven los pingos (28 cuentos populares) empieza ganando 1 a 0 con gol de media cancha. Este libro es producto de un fanzine homónimo, sumado a algunas otras colaboraciones como “Héroes de los sábados”. Con Fernando Prim --editor-- siempre a la cabeza y las ilustraciones de Max Vadala.
Editada a principios del 2011 por Tren en movimiento (www.trenenmovimiento.com.ar), la antología gambetea por lo mejor de la cultura del aguante, entendiéndola como vivencias arraigadas a costumbres populares representadas por los jóvenes. A nosotros, en Argentina, nos tocó: fútbol, rock & roll, consumos varios, algunas buenas interpretaciones de sub-culturas y el barrio como epicentro de las propias mitologías que escupen personajes inolvidables. Por ese tan escabroso --y estigmatizado-- terreno se pasea Prim sin perder los hilos y el buen manejo de pelota del partido.
Además, En la cancha… bien podría ser un pequeño manual personal de historia argentina, una edición bien pulenta. “Vivió la Buenos Aires hardcore como Cafiero al peronismo”, se lee en el capítulo 12, demostrando un verdadero conocimiento de la propia historia oficial. Incluso, a través de un diario se ofrece y se va mostrando el “contexto histórico”. Así, los relatos se van construyendo a partir del “ascenso sabatino”, recitales, duras peleas callejeras y raras convivencias espirituales e intransigentes.
En ese contexto hay algo que destacar: en su propia lectura del mundo, Fernando Prim está realizando el sueño del pibe, algo así como poder contar en algún lugar sus vivencias futboleras. Quién le va a venir a discutir que la cancha (donde se ven los pingos) es uno de los escenarios más fructíferos para nuestras historias contemporáneas. Y más si allí hay un tratamiento --que por momentos se vuelve reivindicativo-- de la real violencia del aguante.
Por último, hay detalles en la compilación que completan la hazaña y la pretensión de un fanzine del conurbano como lo son la aparición de títeres ácratas (explicarlos sería romper con los códigos del barrio), grandes capítulos como el 24 (donde se ofrece una mirada muy personal sobre la cultura rastafari) y la expropiación de los trapos del equipo rival que ya se muestra en la portada del libro, diseñada por Alex Schmied.
El partido de esta antología está tan bien planteado que el protagonista de los relatos es hincha de All boys y lo último que aparece en el libro es cuando los de Floresta suben a Primera División. Aquí el partido se gana por goleada, como aquel 3 a 0 frente a Central que le dio el ascenso al Albo ¿Quién no lo hubiera contado?.
Agencia NAN