Como le ocurriera al célebre mafioso chicagüense Al Capone, preso por evasión fiscal (y no por los muertos a sus espaldas), el reciente fallo de la Cámara de Casación que condena a penas de prisión a los militantes de Quebracho Esteche y otros siete militantes de la agrupación es el fiel espejo del carácter de la justicia argentina. El asesino Sobich, ex gobernador de Neuquén, queda libre tras la muerte del docente Carlos Fuentealba, los militantes que protestan contra Sobich, a la cárcel. Es la misma justicia que demora juicios de lesa humanidad, que suspende leyes respaldadas por el pueblo o la que hace oídos sordos al gatillo fácil.
Comunicado del MPR Quebracho:
